China ha estado incrementando sus compras de oro en los últimos años, y esto puede responder a varias estrategias clave tanto económicas como geopolíticas. A continuación se describen algunos de los principales motivos detrás de esta tendencia:
1. Diversificación de Reservas Internacionales 2. Oro como Refugio Seguro 3. Protección Contra la Inflación
El precio del oro (XAU/USD) alcanzó un nuevo máximo histórico al situarse en torno a los $2634 por onza, impulsado por varios factores clave. Este reciente repunte del metal precioso se explica en gran medida por la combinación de expectativas de nuevos recortes en las tasas de interés en Estados Unidos y el aumento de las tensiones geopolíticas globales, lo que refuerza su atractivo como refugio seguro para los inversores.
Factores que impulsan el precio del oro: Recortes de tasas de interés en EE.UU.:
La Reserva Federal, tras el primer recorte de tasas en cuatro años, redujo los tipos en 50 puntos básicos, lo que disminuye el costo de oportunidad de mantener activos no generadores de intereses, como el oro. Se espera que la Fed reduzca aún más las tasas de interés antes de que termine el año, lo que debilita el dólar estadounidense y refuerza el valor del oro en los mercados internacionales. Las expectativas de un entorno de tasas más bajas hacen que el oro sea más atractivo, especialmente en tiempos de incertidumbre económica. Tensiones geopolíticas:
El aumento de los riesgos geopolíticos ha provocado que los inversores busquen activos más seguros. Esto incluye conflictos internacionales, tensiones comerciales o eventos disruptivos en el panorama global. Los activos de refugio, como el oro, tienden a apreciarse en este tipo de entornos, ya que los inversores se protegen de la volatilidad en los mercados de renta variable y de divisas. Inflación y expectativas económicas:
El oro históricamente ha sido una cobertura efectiva contra la inflación, por lo que cuando hay expectativas de una mayor inflación, los inversores tienden a acumular oro como un valor que preserva el poder adquisitivo. La incertidumbre sobre el crecimiento económico global también impulsa la demanda del oro, que suele comportarse bien durante períodos de desaceleración económica o recesión.
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